Hace 2 años realizé una charla de orientación tributaria en Satipo (distante a 7 horas de Huancayo en la Selva Central). Había aproximadamente 60 personas en el auditorium, entre ellas un grupo que desde el primer momento mostraban su disconformidad con la Sunat. Trataba de calmarlos indicando que la charla es sólo por temas técnicos, pero ellos lo enfocaban desde el punto social y político, y poco a poco contagiaban en sus arengas a todos los demás. Ocacionando que era inmanejable el control de los asistentes. Pero en la primera fila estaba un asistente con su niño, de tal manera que el pequeño estaba jugueteando con la silla donde estaba sentado su padre. En un instante el infante, abarzó el cuello del papá por detrás, y propició la caída estrepitosa de ambos. Todos soltaran una sonora carcajada que fue contagiante, y mi persona al comprobar que no había mayores consecuencias en ambos, aproveche para dar por terminada la reunión y salir presuroso del aula salvando mi pellejo.